Escuchado por primera vez, el nombre educación libre puede confundir. Los más conservadores y escépticos se imaginaran una educación a lo hippie, donde todo vale. Donde los niños hacen todo el día lo que quieren y los educadores están no se sabe para qué, como si estuvieran durmiendo o fumando marihuana todo el tiempo. Esta idea está bastante lejos de la realidad. La libertad para ser disfrutada necesita algo más. Ahora sabrás el qué.
Libros relacionados:
“Libertad y límites. Amor y respeto: Lo que los niños necesitan de nosotros” | Rebeca Wild |
“Calidad de vida. Educación y respeto para el crecimiento interior de niños y adolescentes” | Rebeca Wild |
Un desahogo…
Supongo que esta denominación algo radical ha sido necesaria para marcar la diferencia, la oposición, a la educación tradicional que es todo menos libre. Una rebelión contra el sistema educativo, en el que se pretenden fabricar pequeños robots llenos de contenido, perfectos trabajadores, precisos en su especialidad, muy útiles para el sistema capitalista porque trabajan sin pensar más allá… o eso intentan conseguir. Los poderosos de este sistema procuran cortarnos las alas de la creatividad y de la imaginación desde bien pequeños, para que no cuestionemos las cosas, para que no busquemos otras soluciones, otros sistemas, otras formas de vivir, menos lucrativas, más humanas, más libres…
Algo más que libertad
La educación o pedagogía libre o viva pretende ser una relación educativa basada en la aceptación y el respeto por la persona, que se sostiene en la idea que la principal función de la educación no es preparar individuos para incorporarse al mundo laboral, sino que representa un compromiso para entender y ayudar el otro a desarrollarse en todas sus dimensiones.
El aprendizaje se considera todo aquello que parte de un impulso propio, toda experiencia que está motivada intrínsecamente, sin sugerencias sutiles de los adultos, y que engloba toda la persona, todas sus dimensiones psicomotrices, emocionales, sociales y cognitivas.
Básicamente educar y vivir es sinónimo de relacionarse.
Se aprende y crece a través de las relaciones con los otros. Cuidar del desarrollo de un/a niño/a y acompañarlo/a en su proceso es sobre todo el resultado de cuidar de las relaciones desde el amor, con su familia, con los otros acompañantes (educadores) , con las criaturas y principalmente con uno/a mismo/a. Puedes leer sobre la importancia de esto aquí.
No se trata de hacer cosas con o para los/las niños/as, sino de cultivar una actitud amorosa en las relaciones, de tal manera que el ambiente que se crea permita vivir una serie de experiencias que facilitan el aprendizaje, la comprensión y el crecimiento.
El aprendizaje que parte del organismo propio implica descubrir, tocar, sentir y explorar el entorno natural y social. Es a partir de esta vivencia que somos capaces de coger las relaciones más profundas de la realidad y edificar un pensamiento creativo.
Las necesidades vitales de la infancia que hay que respetar:
- La necesidad de protección y de seguridad: un ambiente relajado, con presencia de adultos disponibles física y emocionalmente.
- La necesidad de autonomía y exploración: una relación con el entorno, con los objetos y con los otros guiada desde el interior, que se manifiesta en intereses y procesos propios.
- La necesidad de autorregulación y de tiempo para interactuar con el entorno y los otros: la posibilidad de cultivar los recursos propios.
- La necesidad de movimiento y de juego espontáneo: que es el camino que la naturaleza nos ha otorgado para aprender del entorno y crear redes neuronales a múltiples niveles.
- La necesidad de pertenencia y de vínculos: en primer lugar con la figura materna, el entorno familiar más cercano y más adelante con otros grupos.
- La necesidad de ser reconocido como legítimo otro y de ser aceptado y amado.
- La necesidad de construir un autoconcepto positivo de un/una mismo/misma, a partir de la mirada del otro, en primer lugar la de los adultos.
- La necesidad de autorrealización: la posibilidad de poder desarrollar todas las potencialidades y dimensiones de la persona.
- La necesidad de ambientes que permitan y faciliten la autorrealización, con la presencia de estímulos y materiales adecuados.
Los principales referentes de la llamada pedagogía libre son la Escuela Pestalozzi de Ecuador, fundada por Rebeca y Mauricio Wild en los años 80, y la Escuela Summerhill fundada por S. Neil en 1921 en una zona rural de Inglaterra.
La escuela Pestalozzi de Ecuador
… En la escuela activa la actividad de los niños es tan importante como la de los adultos. Aun así, en la escuela activa, el adulto se compromete a un aprendizaje continuo que consiste en saber captar las necesidades de los niños y también de utilizar todas sus fuerzas a satisfacer estas necesidades tanto como sea posible. (…) En este proceso, el presente se convierte en algo tan lleno de significado que para sentirnos libres y animados no tenemos que esperar que suene la campana del recreo o que lleguen las vacaciones.
Rebeca Wild
A partir de la conciencia que la escuela tradicional estaba dañando a su hijo, los Wild crearon una escuela que se ajustara a las necesidades de los/las niños/as, y no al revés. Desde aquí surgió la creación de una escuela infantil que después se amplió a primaria y a secundaria.
Rebeca Wild afirma que hay que respetar el proceso biológico de desarrollo y aprendizaje de un/a niño/a. Su educación activa no es una educación sin límites. Pero son límites que incluyen un entorno adecuado para las necesidades del niño y le proporcionan seguridad. Límites con atención, con amor y con presencia. Porque no tenemos que dejar al/la niño/a solo/a en el difícil momento del límite. Cuando está dolido tiene que sentirse acompañado. También defiende que los detalles cotidianos son la base para la autoconfianza en la infancia.
No le dé caramelos, déle atención, interésese por el que hace sin por eso interrumpirlo o dirigirlo.
Tenemos que estar realmente presentes en el momento de atender las necesidades físicas (a la hora de la comida, del baño) del/de la niño/a, y no sólo a medias, con los pensamientos en otro lugar. Y sobre todo, no hay que decirle como tiene que hacer las cosas, no hace falta inmiscuirse en sus juegos, hay que darle autonomía y dejarle la oportunidad de realizarse.
El planteamiento en relación a la ayuda se podría resumir en “nunca ayudar al niño”. Se entiende que “no ayudarlo” no quiere decir “no apoyarle”, es decir, si un/a niño/a se cae al suelo y llora, estar a su lado, pero dejar que se levante él/ella solo/a.
Otra idea es la del silencio, entendido como vaciarse de prejuicios. Es algo cercano a la meditación, sea estática o dinámica, que se hace en diferentes prácticas. Muchas veces ante la reacción de un/a niño/a, sencillamente no sabemos qué hacer, estamos tan perdidos como él/ella. Entonces lo único que podemos hacer es acompañarlo, estar allí.
Esta actitud de alguna forma nos relaja y nos ayuda a abandonar la idea de cometer errores que se basa en el hecho correcto e incorrecto, en el bien y el mal, en los medios y los fines, concepciones duales que estorban nuestra conexión con la realidad, en este caso, el/la niño/niña.
Texto citado de Pere Juan, La Caseta
Si te interesa leer más
La Escuela Summerhill de Inglaterra
Bien, nos pusimos a la cabeza de hacer una escuela donde los niños tuvieran libertad para ser como son. De acuerdo con este objetivo, teníamos que renunciar a toda disciplina, a toda dirección, a toda sugerencia, a toda enseñanza moral, a toda instrucción religiosa. Se dijo que éramos valientes, pero la verdad es que esto no requiere coraje. Todo aquello que hacía falta ya lo teníamos: la firme convicción que el niño es bueno por naturaleza y no el contrario. Durando casi cuarenta años, esta creencia en la bondad del niño no tambaleó nunca; mejor dicho, se convirtió en una fé definitiva.
A.S. Neill
Neill dio un gran paso: se puso del lado de los/las niños/as. En muchos ámbitos ha sido incomprendido, criticado e incluso, difamado. Su proyecto es provocador, puesto que desafía muchos de los principios en el que se fundamenta la pedagogía tradicional.
En Sumerhill hay un gran respeto hacia la voluntad del/da la niño/a y la gran responsabilidad y autonomía que va adquiriendo sobre su vida. En Summerhill las clases son voluntarias, nadie es obligado, ni sutilmente presionado, para que asista. Cómo no son presionados ni juzgados, los/las niños/as van adquiriendo una seguridad en sí mismos/as que los/las hace encontrar su camino de forma natural, sin miedo a ser y sin ideas moralistas que lastren su desarrollo como persona y su devenir en la vida.
Neill denunció una estructura educativa que odia a los niños y creó una utopía que funcionó y funciona. Su creación, como todo, tendrá sus defectos, pero le debemos mucho. Le debemos la demostración que libertad y responsabilidad no son incompatibles y que amar a los/las niños/niñas significa fundamentalmente, respetar su libertad.
Texto citado de Pere Juan, La Caseta
Para mí, las ideas fundamentales la educación libre son:
- No educamos, acompañamos al/la niño/a a descubrir el mundo, al otro y a él/ella mismo/a través de la experiencia, no dirigida, no influenciada por el adulto.
- Confiamos en su autorregulación. Eso significa que respetamos si nos dice que tiene frio/calor, hambre/sed, sueño (…), o si no lo tiene.
- Proporcionamos espacios donde se siente seguro y amado, para poder desarrollar su autonomía.
- Proporcionamos materiales y propuestas para que pueda experimentar la vida con todos los sentidos y con absoluta libertad.
- Creamos una rutina y un orden igual cada día, para ofrecer seguridad.
- Acompañamos con nuestra presencia silenciosa y atenta, nuestro amor respetuoso y libre de prejuicios.
- Comunicamos los límites de forma clara y amorosa. Los límites existen para proporcionar seguridad al/la niño/a, son límites que puede entender. No son reglas abstractas y porque si, para adiestrarlo o enseñarle quien manda.
- El acompañamiento es más importante (o necesario) en los momentos de conflicto, de comunicar un límite, o alguna otra situación que provoca inseguridad, rabia, tristeza o miedo.
- Todas las emociones son aceptadas y acompañadas. Eso es lo contrario de reprimirlas, de distraer al/la niño/a, cosa que nos es muy fácil a algunos adultos, y el camino más cómodo, depende de qué emoción se trate…
- El juego libre y espontáneo es muy importante. Libre de la dirección del adulto, libre de reglas impuestas, libre de materiales o juguetes que conducen al juego dirigido…
- Y por último y de gran repercusión: la importancia de ir hacia adentro, de aprender y desaprender, de sanarse y liberarse, de la apertura al cambio interno constante de las personas que acompañamos a los/as niños/as
Si después de leer este artículo te has quedado con ganas de saber más, te recomiendo vivamente los libros de Rebeca Wild. Todos son muy interesantes y completos en sí. Mi favorito es «Libertad y límites. Amor y respeto: Lo que los niños necesitan de nosotros». Es un buen libro para empezar: sencillo de leer y practico.
Si te apetece ver la educación libre o viva en la práctica, si quieres saber si hay algún proyecto cerca de ti para llevar a tu hijo/a a una escuela respetuosa… Aquí te dejo un enlace a Ludus.org, un directorio de pedagogías alternativas muy completo, que cuenta con 853 proyectos registrados por todo el país.
¿Qué te ha parecido mi humilde descripción de este movimiento tan liberador? ¿Tienes algo que añadir? Cuéntame tu experiencia, ¡me encanta seguir aprendiendo!
¡Hola Sara!
Me ha gustado mucho el artículo, de hecho me ha venido genial porque estaba muy perdida con esta pedagogía. Soy profesora de infantil y vivo en Inglaterra desde hace 2 años y medio. Ahora mismo trabajo en una guardería en la clase de pre-school (3-4 años) pero no estoy a gusto, hay mucha desorganización, falta de profesionalidad y recursos y desmotivación. De hecho yo misma estoy empezando a desmotivarme y estoy pensando en volver a España. Mi sueño sería trabajar en algun colegio de pedagogía alternativa por hay tantas y sé tan poco sobre ellas que no se si sería capaz de hacerlo. Necesitaría formación pero no sé dónde podría formarme. Si tienes algún consejo sería de mucha ayuda.
Gracias y perdona por la chapa ?
Hola Patricia, ¡muchas gracias!
¡Cómo te entiendo! El año que yo hacía la formación en educación libre en La Caseta en Barcelona (Te dejo el enlace por si quieres contactar con ellos) , daba clases de inglés en una escuela infantil pública. Fue horroroso para mí… ver todo lo contrario de lo que yo estaba interiorizando en la formación… la falta de acompañamiento emocional en situaciones de conflicto («Pídele perdón, ¡ahora!») y el hecho de obligar a niños y niñas de 3 años a permanecer sentados durante una hora en sus sillas fue lo que más me impactó.
Te puedo decir todo lo que sé de formaciones y de experiencia en trabajar en proyectos de educación libre, con mucho gusto! Si quieres escríbeme un email a meatrevoasalir@gmail.com y lo hablamos 🙂
Un abrazo!
Sara
Hola Sara! acabo de escribirle un mail. Soy Diana de El Salvador.
Contestado 😉
Estoy preparando un libro que coincide mucho con tus planteamientos.
¡Qué bien Joaquin!
Cuando lo tengas, me lo puedes enseñar y puedo hacer referencia a ello o escribir un post explicándolo 🙂
La educación libre es mi pasión 🙂
¡Un abrazo!
Sara
Es un post genial de principio a fin. Tanto en la explicación y argumentación como en las citas señaladas…todo lleno de una gran delicadeza y amor sobre lo que se está escribiendo.
Me encantaría, como maestra de infantil, poder vivenciar en mi aula esta manera tan bonita de entender y sentir nuestra labor…respetando, acompañando y dando verdadera cabida a los intereses y necesidades de los Niños para su desarrollo pleno. Esto debería ser más importante que las excesivas normativas curriculares que hoy tanto desenfocan nuestra verdadera finalidad…
Un saludo y gracias.
Rocío***
Mil gracias Rocío, ¡me animan mucho tus palabras!
Me dan energía para seguir con este proyecto, ¡que justo empieza! Me alegro mucho que te haya gustado, y seguro que encontrarás la manera de aplicar un acompañamiento respetuoso en la escuela donde trabajas. Es más, seguro que ya lo estás haciendo 😉
Hace falta personas como tu dentro del sistema 🙂 <3
Sé que es difícil por eso que comentas, las excesivas normativas curriculares, ¡pero es posible!
Un abrazo,
Sara
Buenas noches! Muy interesante tu análisis y reflexión. Yo soy mami de tres niños y la mayor ya va a primaria. Me surgen dudas con respecto a la aplicación de esta educación en niños ya mayores que deben aprender ciertas cosas como leer, escribir, sumar, historia… en pequeños lo veo claro y me encanta. Pero como se sigue despuès según crecen?
Yo tengo un blog de maternidad http://www.anacuesta.es y quiero escribir un post sobre colegios, sobre mi experiencia (mi hija ha ido a varios coles beritánicos ) y sobre otras opciones como esta que me resultan muy interesantes. Gracias!
¡Hola Ana! Muchas gracias por tu comentario. Tu duda me es familiar ¡surge con frecuencia! Te puedo contestar desde mi experiencia, y de las vivencias explicadas por compañeros de la misma profesión.
En primer lugar, me gustaría comentar tu frase «…deben aprender ciertas cosas como leer, escribir, sumar, historia…»
Realmente, solo hay que cambiar una palabra de esta frase, y cambia todo «…quieren aprender ciertas cosas como leer…» Es el hecho que aprender sea una obligación que hace que sea pesado, y que si puedo escoger, prefiero ir a jugar al patio. Si desde el principio nadie les «obliga» a aprender, y pueden ir a su ritmo, la curiosidad y las ganas de aprender surgen solas. Los/as niños/as son muy curiosos/as por naturaleza, y desean aprender y comprender como funciona nuestro mundo. Yo he presenciado como una niña que siempre ha estado en una escuelita libre, a los 7 años ha aprendido a escribir SOLA. Nadie le enseñó, ni en la escuela, ni en casa. Y ella, cuando llegó al punto de maduración necesario para interesarse por leer y escribir, con su curiosidad natural, lo aprendió. Observando, experimentando, preguntando.
Y así funcionan las escuelas libres de primaria y secundaria. Teniendo todo el material necesario para aprender disponible, el/la niño/a, con su curiosidad natural, investiga, experimenta, aprende, cuando llega el momento de su maduración en el que le interesa. Porque de esta forma aprender es un placer, un juego, una actividad súper interesante. La base es la confianza y el respeto en el/la niño/a y en sus ritmos, sus inquietudes, sus intereses, sus dones.
No sé dónde vives, yo te puedo indicar algunas escuelas libres que tienen primaria y/o secundaria en Cataluña. Hay la «Escola Liberi», «El Roure» y «L’Albada», por ejemplo. Te invito a mirar la página http://www.ludus.org.es y buscar los proyectos que te queden más cerca (eso si vives en España).
Miré tu página, ¡qué bonita! Wow, ¡te admiro! ¿Mama de tres? Y a la vez activa laboralmente, bloggera, ¿qué más?
Mucha fuerza y ánimos en la búsqueda de la mejor educación para tus hijos. Seguro que la encontrarás, ¡ te veo mama leona, después de leer algunos posts tuyos!
Un abrazo cálido, de mamá a mamá
Sara