Entender ¿Qué es el mindfulness? a nivel mental es relativamente fácil. Experimentarlo con cuerpo y alma requiere tiempo y practica y es de lo más hermoso y sanador.
Me fascina como con el pasar del tiempo, con la expansión de mi conciencia, con cada nueva revelación, las mismas cosas ganan sentidos diferentes. Que las mismas frases cobran sentidos más profundo.
¡Que ingenua cuando pensaba que ya sabía cómo iba el mundo, y sólo comprendía a nivel intelectual!
Que divertido cada vez que después de dar otro paso hacia mi interior, me doy cuenta que nada sabía, y todo se puede expandir más, profundizar más, sentir más…
Hace poco me pasó eso con el Mindfulness.
Hace 5 años que me estoy formando y practicando mindfulness con el maestro zen Thich Nhat Hanh y su shanga de monjes budistas de Plum Village.
Para quien no lo conoce, Thich Nhat Hanh se podría denominar el creador del mindfulness – aunque para eso sea demasiado humilde – ya que fue el que creó la palabra mindfulness, y con sus enseñanzas abrió y tradujo la sabiduría del Budismo Zen al mundo occidental. Para la biografía completa podéis entrar en la página oficial de Thich Nhat Hanh.
Pues eso, llevo años estudiando con los mejores, practicando, entendiendo… pero me faltaba algo. ¡Algo importantísimo!
Es que hay cosas que se abren poco a poco. Hay conceptos que se nos revelan a medida que nos abrimos y reconectamos con nuestra esencia. No podría ser de otra forma. No podría haberlo entendido antes…
¿Qué es el mindfulness?
Antes de más, necesitamos saber qué es el mindfulness… aquí os dejo la definición oficial. Más abajo en este artículo podéis leer la definición personal que surgió de mi experiencia.
Mindfulness significa conciencia plena. Es la energía de estar consciente y despierto/a en el presente. Es la práctica continua de tocar la vida profundamente en cada momento.
Para conseguir eso, Thich Nhat Hanh propone ejercicios muy sencillos de respiración.
Enseña que focalizando nuestra atención interna en nuestra respiración, la mente y el cuerpo se unen y volvemos al presente. Regresando al “hogar” de nuestra respiración, podemos estar disponibles para presenciar, contemplar y disfrutar de lo que sucede ahora mismo, en este momento…
Podemos practicar la consciencia plena en cualquier momento, haciendo cualquier cosa. Eso es lo práctico de este tipo de meditación. La puedes hacer mientras lavas los platos, haces la comida, hablas con alguien…
Con consciencia plena, podemos preservar nuestra alegría interior, y así manejar mejor los retos de nuestras vidas. Podemos crear un fundamento de amor, paz y libertad dentro de nosotros mismos.
Experimentar el mindfulness… ¡ahora lo entiendo!
Como decía, llevo tiempo practicando los ejercicios de mindfulness. Épocas que más, épocas que menos. Pero los tengo bastante integrados. O eso pensaba desde mi mente.
Sé cómo se hacen, y desde mi mente lo veía como unos ejercicios de meditación que había que hacer para estar mejor. Por eso a veces me daba pereza. Y decía que todavía no había descubierto la gracia de poner plena atención en mi respiración. Inspiro, exhalo… ¿Que aburrido, no? Siempre lo mismo…
Al mismo tiempo me gustaba esa sensación de calma que tenía después de practicarlos.
Y me encantaron los retiros, donde se siente la energía del mindfulness, porque está siendo practicada por muchos…
La primera revelación: el disfrutar
Había algo fundamental que no me había llegado: la importancia de disfrutar.
Hace poco una maestra mía me dijo “Respirar es Ser”, y me fuí a meditar sobre eso, de donde surgió el post Meditar con la respiración: Respirar es Ser.
Empecé a disfrutar la respiración. A sentir que cuando respiraba en plena consciencia solo estaba yo, conectada conmigo misma, y podía disfrutar de ese ratito en mi propia compañía.
Porque realmente no es una meditación. Es el camino de vuelta a casa…
La segunda revelación: la compasión
En mi camino personal hacia mi esencia, me propuse volver a abrir el corazón, hace unas semanas. Sentí que había llegado el momento. Me sentía cansada de no sentir, de estar tan protegida por mi mente. Ya había logrado mucha más tranquilidad interna, había podido aceptar a mi sombra – hasta una determinada profundidad – y sentía que seguía con el corazón cerrado.
Explico todo el proceso en mi artículo Cómo abrir un corazón cerrado (en 4 pasos).
Cuando conseguí activar la energía del amor, y dirigirla a mí misma, como una ducha de autoestima, me sentí tan a gusto… sentí que quería más y más, y ¡ya no necesitaba buscar el amor en los demás! Estaba – y estoy – sedienta de amor propio :)))
Entonces pude mirar a mi sombra – pensamientos y emociones que no me gustan – desde una atención plena, y más que eso, con una mirada llena de compasión.
Recuerdo que pensé: Ahora sí que estoy haciendo magia.
Dirigiendo mi mirada compasiva, con plena consciencia, hacia esos pensamientos que no quiero tener, todo el problema se evaporó.
Entendí que lo que me genera malestar no es el pensamiento – impotente sin las emociones que le acompañan – si no mi forma de relacionarme con él: rechazándolo, culpándome, el miedo por pensarlo…
Viviendo desde la compasión, todo eso se va… está claro, si yo estoy en la compasión, no puedo estar a la vez en el miedo, la culpa, la desesperación.
Entonces sentí qué quiere decir Thich Nhat Hanh con energía del mindfulness.
El mindfulness no es solo consciencia plena en el momento presente. Es consciencia plena desde el corazón. Atención plena llena de amor y compasión.
Allí entendí eso que aparece en algunas pelis como “El guerrero pacífico” o “Las nueve revelaciones”, cuando todo empieza a brillar más intensamente.
Hasta ahora solo había podido entenderlo desde mi mente.
Ahora que he podido abrir mi corazón, he podido sentir realmente que es el mindfulness y la magia que hace.
Mi definición de mindfulness
Vivir en plena consciencia o mindfulness es vivir desde mi esencia, ubicada en mi corazón. Donde la gratitud, la humildad, la compasión y el amor propio son naturales. El mindfulness surge de la decisión consciente de vivir desde el amor que soy, y que une a todos los seres. Es una energía alegre, placentera, juguetona.
Define nuestro estado de consciencia natural, abierto, atento, conectado. Significa vivir la vida con todos los sentidos, empaparnos de vida, de experiencias, conscientes que lo más importante es el amor que nos une, confiar en ese amor a ciegas y sobre todas las cosas. Saber que nuestro poder y nuestra fuerza es la compasión, la confianza, la gratitud.
Presencia con compasión. Desde el corazón.
Aceptación completa de lo que es. Gratitud.
Estas palabras ahora tienen un nuevo significado para mí. Porque he logrado experimentarlo. La puerta está abierta, el camino trazado.
Ahora sí que tengo ganas de practicar, y puedo practicar el mindfulness a cada momento. Es placentero, es amor. Es fascinante.
Hay cosas que no se pueden explicar con palabras, ¡se tienen que vivir!
Todavía estoy en “shock”, incrédula, que me “es permitido” vivir desde el amor propio… no sé cómo se hace y todo es tan nuevo… Allí están esas vocecitas de mi infancia que necesitan tanto amor….
Y allá voy, ¡con valentía! (y mucho miedo a la vez, que ya no me paraliza)
Si quieres indagar más sobre el mindfulness, y cómo lo puedes practicar, visitar la página de la shanga española aquí. Y si te apetece ir a uno de los retiros, ahora están abiertas las inscripciones para ir a Plum Village, el hogar de Thich Nhat Hanh. ¡Te lo recomiendo 100%! Para eso, entra en la página oficial aquí.
¿Te ha servido este artículo sobre mi entendimiento más profundo de qué es el mindfulness? ¡Que misterios más se esconden en frases sencillas de nuestras vidas, y cuando los descubriremos? En su momento, confiando, abriéndonos poco a poco y sobretodo, amándonos profundamente…
¡Hasta martes que viene!
gracias!
Namasté
Gracias a ti por leerme <3
Me ha encantado leerte !!!
Tuspalabras son como un lago trankilo y cristalino repleto d sabiduría y amor
Oh! Muchas gracias Yolanda! Me animas a seguir escribiendo lo que llevo dentro <3 Un abrazo de corazón! Sara Nima