Cuando el cambio está a punto de estallar…
¿Sabéis esta mezcla de emociones justo antes de un gran cambio? Una mudanza a otro lugar, empezar en un nuevo trabajo u universidad, las dos cosas a la vez… En los días o semanas en que todo está en el aire, en que nada se ha concretado todavía y solo sabes que tu vida cambiará, pero todavía no sabes cómo, hacia dónde, en qué medida… Hoy os explico cómo estoy viviendo yo este remolino de emociones, cómo lo respiro e integro.
Siento como en mí burbujea, el cambio que está por llegar. Está allí, casi aquí, ¡y que ganas de transmutar! Y que miedo a la vez, de saltar al vacío, dejar atrás lo conocido, ¡volver a empezar!
Siento alegría, entusiasmo, casi euforia. Pronto, muy pronto, conoceré nuevas tierras, personas distintas, otras formas de estar. Pronto, muy pronto, sentiré energías de otros lugares, respiraré frescos aires, abrazaré árboles desconocidos, ¡tendré un nuevo hogar!
Y esta incertidumbre, este vacío tan lleno de posibilidades, este paso antes de saltar, me vuelve loca de impaciencia, vibrante de miedo, ¡y completamente rebosante de vida!
El miedo es la otra cara del amor
Antes de ser madre, me hubiera lanzado al espacio sin pensar. Antes de tener mi bebe, el miedo al cambio parecía no estar.
Antes de tener pareja, no tenía que debatir, encontrar una forma de conciliar. Puede sonar nostálgico, y que añoro ese entonces. No es así… ¿o sí?
Ahora sé que esa rebeldía aventurera, a parte de una gran confianza en la vida que no quiero negar, escondía falta de amor propio y rabia a sacar. Me da igual si me pasa algo (¿quizás lo merezco?) y que vengan a querer hacerme daño, que así tengo la oportunidad de descargar.
Y le iba bien a mi ego, hacer lo que me sale, y ahora, ahora me va bien para aprender de la humildad, respecto al otro, de ceder y encontrar la luz de la vida en cualquier lugar.
Como madre renacida, de miedo se ha llenado mi hogar interior. El miedo es la otra cara del amor, ahora me digo, y eso significa que todo en mi está lleno de amor. Amo mi hija con locura, por eso siento miedo de equivocarme en la decisión de cambiar.
Disfruto de la incertidumbre
Respiro el miedo. Lo siento, lo dejo vibrar dentro de mí. Y lo abrazo.
Respiro la incertidumbre, la siento. Disfruto este momento antes de, este instante vacío y tan lleno de posibilidades, esta tierra fértil de pura vida.
¿Adónde vamos a ir? Habrán allí escuelas respetuosas, gentes con quienes compartir mis inquietudes, ¿formaciones interesantes a cursar? ¿Será seguro el lugar? Cómo serán los paisajes, verdes y con montañas ¡por favor! Y cuando, ¿cuándo sabremos dónde iremos? ¿Y cómo sabremos si la decisión es la correcta?
Y luego silencio. Respiro, abrazo mis pensamientos y preocupaciones, suelto. Doy un paso hacia atrás, vuelvo a mi esencia donde todo está calmo. Aquí confío. En mi siento que la decisión correcta se revelará por ella misma, sin opción a equivocarnos. Se desplegará sola, con facilidad, y los dos estaremos de acuerdo. El trabajo, la casa, el entorno, la escuela… todo aparecerá, sin esfuerzo, con claridad.
Confiar en la vida
Solo necesitamos ser pacientes, continuar abiertos a todas las posibilidades, poner de nuestra parte investigando y encontrando ideas… y confiar en la vida, en la labor de nuestras almas indicándonos el camino. Todo es como tiene que ser.
La felicidad y la alegría son la esencia de la vida misma.
El estado natural del ser… que está naturalmente presente en todo el hacer… sin necesidad de buscar. No hay opción a equivocarnos.
Y este burbujeo, este momento antes de abrir un regalo sorpresa, este dejar en manos de la vida el camino después de indicar la dirección, ¡es la chispa de vida que me hace florecer!
Y el saber que lo que es pronto ya no será… nos hace disfrutar de cada momento aquí.
Encontramos nuevas formas de aprovechar el último verano en el hogar que nos acogió durante 4 años, y con alegría, convicción (y miedo) nos lanzamos a la carretera, viviendo la aventura de la vida con todo lo que tiene para ofrecer. ¡Gracias vida!
Y tú, ¿tienes experiencia en grandes cambios en tu vida? ¿Los has deseado y temido a la vez? Me quieres explicar cómo te has sentido, ¿como lo has vivido? Me encantaría saber tu historia…