Las meditaciones de bolsillo son meditaciones guiadas que puedes hacer en cualquier lugar y cualquier momento. Las puedes llevar contigo allá donde vayas. Porque son pequeñitas. Tan pequeñitas, que te las puedes aprender de memoria y así tenerlas siempre disponibles, aún sin conexión a internet 😉
Hay mucho ruido allí afuera. El caos y el pánico reinan en los telediarios, y eso se engancha. Hay alguien a quien se le muere el abuelo, por el virus, dicen. Alguien que explica la locura que significa trabajar en un hospital estos días. Y a la par que todo esto va la tranquilidad del hogar. Tiempo para disfrutar de la familia. Estar en casa, ver las horas pasar. Hay mucho tiempo para pensar, tiempo para mirar hacia adentro. Y puede que aparezcan partes de ti que, con menos tiempo, logras esconder. Y, con tiempo las miras, las sostienes, las aprendes a amar.
Es un regalo maravilloso poder tener tiempo para sostenerte. Amarte. Aprender a estar… sin hacer nada.
Para disfrutar de este tiempo, para facilitar la mirada hacia adentro, para darte la mano en eso de estar conectada contigo misma y con lo que te rodea aquí y ahora, te ofrezco esta serie de meditaciones como herramientas, como acompañamiento en tu camino hacia adentro. Para estar contigo misma, conectada, en paz. A mí me ayudan y me encantan, ¡espero que te gusten! 🙂
Meditación de los sentidos
Como te he prometido en el video, aquí te comento el porqué y el cómo funciona esta meditación.
Es una meditación muy sencilla y muy efectiva. Su objetivo es traerte al momento presente y ayudarte a conectar con lo que hay aquí, ahora. Si quieres saber un poco más sobre el poder sanador del momento presente, quizás te gustaría leer «¿Qué es el Mindfulness? – una definición más allá de las palabras.»
Te explico:
Pasamos la mayoría de nuestro tiempo pensando en círculos. Siguiendo el hilo mental enfilamos un pensamiento detrás de otro, y casi toda nuestra atención se ubica en nuestra mente, que viaja sin parar de un lugar a otro. ¿Te suena, verdad?
Pensar en círculos es lo que más nos desgasta. Es donde gastamos más energía vital.
¿Lo sabías? Alucinante. Y lo hacemos constantemente. Inútilmente, en la mayoría de los casos.
La vida pasa aquí. La vida es ahora. Para sentirte realmente viva, tienes que ubicarte en el momento presente. Si te pasa como a mí, tu respuesta podría ser: “Ya lo intento, pero no es fácil, mi mente…” Sí. Por eso ayuda mucho tener preparadas herramientas para volver a la vida, ¡créeme!
Focalizando tu atención en cada uno de tus sentidos por separado, dejando la visión para el último, tu mente regresa a casa. Poco a poco empiezas a percibir el mundo que te rodea. Y cuando al final de la meditación abres tus ojos, puedes apreciar la maravilla que te envuelve (el efecto es mayor si puedes hacer la meditación de los sentidos en el exterior).
Estarás completamente presente, cargada de energía.
Porque estar en el presente, disfrutar de las pequeñas cosas, nos carga de energía vital. Nos sana, nos nutre.
Esto es sabiduría ancestral, la pude encontrar en el Budismo Zen y también en el Chamanismo. Y es información que circula desde hace más de un siglo en el “mundo espiritual”.
Y lo mejor… ¡ahora también es ciencia! ¡Estoy súper agradecida a la neurociencia, por todos los descubrimientos que está haciendo! Porque sí, soy muy espiritual pero mi mente… ¡mi mente necesita pruebas! Desde que he encontrado tanta sabiduría ancestral probada científicamente la verdad es que hago las prácticas mucho más segura. Y como pienso que tu mente puede que sea así también, te quise explicar un poquito. ¿Te fue útil la explicación? Si quieres saber más, te recomiendo el libro «Cerebro y meditación: Diálogo entre el budismo y las neurociencias».
Y ahora, ¿vamos a la práctica?
Aquí la tienes, ¡disfruta!
¿Te ha gustado mi Meditación de los sentidos? ¡Cuéntame tu experiencia! Si tienes preguntas o dudas, o quieres comentarme alguna cosa, no dudes en hacerlo aquí, por facebook o instagram. Y si te gusta mi blog, no dudes en suscribirte 🙂
Un abrazo de corazón,
Sara Nima